Desde hoy mi vida toma un nuevo rumbo, hoy doy un gran paso en este nuevo camino.
Después de vivir cuatro años en calle melancolía, he decidido, después de una avalancha de acontecimientos y sorpresas, a cambiarme de casa y buscar ese sitio feliz, a ir por fin en busca del barrio de la alegría. Será difícil, tendré que acomodar mi presupuesto nuevamente, mi mente y mi alma, pero esto es totalmente necesario. No se si este acto da vuelta la página, pero es un tremendo avance, eso sí.
Vivir en un sitio mejor, un sitio donde esté a gusto, donde mi hijo esté a gusto, donde pueda invitar a mis amigos, a mi familia, donde no tenga nada que esconder, sino más bien mostrar que se puede ser feliz, que se puede salir de la mierda de vida que había elegido vivir, porque por fin veo que no todo estaba perdido, que tengo buenos amigos que siempre están y han estado cuando los he necesitado, y hoy no es la excepción.
Y como todo lo que caracteriza mi vida, este cambio será una aventura, es una aventura nueva, que quizás nos deje agotados, pero lo más seguro es que nos deje felices.
Cierro esta corta y precisa entrada con una canción de fito que siempre me ha gustado mucho, y en este momento me viene a decir que todo lo que uno se pueda proponer, se puede lograr, a pesar de la adversidad del momento o de los miedos o temores que podamos tener.
Es curioso, la vida siempre me ha dado sorpresas, de todo tipo, buenas y malas, alegres y tristes, y pensé que ya no pasaría nada más en mi vida, pero que bueno que me equivoqué.
Me siento bastante bien, porque siento que por fin encontré lo que tanto buscaba, siento que ya se acaba el tiempo de buscar, que se acaba el tiempo de moverse frenéticamente tratando de encontrar a la mujer exacta que encaje con mis espacios, pero la vida me pone un nuevo reto.
He vivido muchas aventuras, he andado por muchos caminos, donde he ganado y perdido mucho, donde he hecho muchas cosas y también no he hecho nada, en fin, he vivido como mejor he podido, pero también he cometido muchos errores. Hasta antes de este encuentro, me echaba los errores al bolsillo, eran parte del proceso para mi, cosa claro que es un error. Los errores debemos enfrentarlos, hacerlos propio para no volver a repetirlos. Son esos errores que no quise admitir, por varias razones, los que ahora me ponen trabas, que son lógicas, que debo sobrepasar para poder avanzar.
Cuando era joven y audaz, tenía un objetivo claro, que era simple, era ser feliz, dejar de sobrevivir para poder vivir. En el transcurso de ese tiempo hasta ahora, cometí muchísimos errores, los cuales no los puedo borrar ahora, lo único que puedo hacer es pedir perdón, pedirle perdón a la gente que dañé, a los que engañé, a los que hice creer que era otra persona, todo eso me servirá para no cometerlos más, para modificar mi presente y construir un futuro lleno de esperanza y alegría.
Después de envenenar tanto mi mente y mi alma, de creer que la vida era desdichada y sin sentido, de creer que no había en esta vida una mujer que me pudiera hacer feliz con cosas simples, me tropiezo por casualidad con un ángel, claro!, debe de ser un ángel caído del cielo, que me brinda la maravillosa oportunidad de ser feliz. Basta con una de sus miradas para que mi corazón lata a mil, para que mis penas pasen, para que mis dolores se alivien, para que el sol brille todos los días. Quizás es una exageración las metáforas que ahora escribo, pero que le voy a hacer, si eso es lo que siento, y me hace feliz sentir así.
Han pasado alrededor de veinte días desde que mi vida dio un vuelco impresionante, desde que con sus tiernas miradas me desarmó y derribó todas mis corazas para terminar siendo una persona común y silvestre que se enfrenta a su destino, que se enfrenta a la vida, y a mis miedos. Sabina termina con un verso una canción de su último disco que me identifica plenamente, dice "Mi manera de comprometerme fue darme a la fuga", y en cierto modo eso yo hacía, cuando había que enfrentar y comprometerse con un objetivo, siempre fue más fácil arrancar, y esta vez, obviamente, ese sentir apareció, pero esto que me pasa es más grande que cualquier otra cosa que he sentido por otra persona, y siento que estoy cambiando en forma definitiva. Yo no se cuanto tiempo necesita un serumano para cambiar, para enmendar su vida, pero yo necesité toparme con ella para comprender en la mierda que vivía, y en la felicidad que podría vivir si corrijo mi rumbo. Mi hijo mayor me dijo que siempre mis cambios son debido a otras personas, y es cierto, no soy tan fuerte como he hecho creer, siempre he necesitado de otros, y eso quiere decir que al final de cuentas no estoy hecho para estar solo, como me hice creer. Uno de mis grandes cambios fue cuando nació mi hijo menor, donde todo el instinto paternal fluyó como un río en el desierto, dejando una huella imborrable en mi vida. Creo que este momento, en realidad estoy seguro, que esto es un nuevo despertar, pero la razón y la lógica dice que es difícil creer que alguien que llevaba una vida viviendo de una manera, en mi caso son doce años, pueda decidir a cambiar en tan poco tiempo. El tiempo será quien diga quién tenía la razón, por ahora yo lo creo posible, y como el buen "salmón" que soy, lucharé con toda la corriente para llegar a mi meta.
Benedetti en un poema dice "Sin volver esta página/nadie puede ser alguien", y quizás por eso yo no era alguien todavía, ya que no daba vuelta la página de mi pasado y me aferra a una ilusión para no estar solo, y en ese afán dañé a muchas personas, y eso es lo que ahora llena como un manto de duda la posibilidad de que ella crea que puedo dar vuelta la página. Hay un momento en que las palabras no bastan, me dijo, son las acciones las que deben hablar.
Es muy distinta la vida cuando la enfrentamos con la verdad, con las manos abiertas, con la frente en alto, sin miedo, con la confianza de que lo que se hace es lo correcto, y en el proceso hacemos las cosas correctamente también.
Hoy nadie me asegura que al final de este camino que me he impuesto se encuentre ella, es más, hay días en que las apuestas son desfavorables a ese final, pero por ahora eso no es lo importante, lo importante es que tengo una misión, y esa misión es enmendar mi presente de los errores del pasado, sanar mi alma, Además, siempre existe una ínfima posibilidad de que al final de este recorrido me encuentre con ella, y mientras exista, hay esperanza. Y si al final de este final no somos nosotros el principio y sus ojos miran hacia otro lado, me iré a descansar a mi casa, con la tremenda satisfacción de haber encontrado lo que tanto busqué.
Pero como decía alguien por ahí, no hay mayor derrota que aquella de la batalla que no se dió.
Vuelvo a nacer lejos de aquí y aseguro que te voy a encontrar ya no podemos dejar la dependencia que unió dos corazones aunque distintos van caminando a su pesar.
Nuevamente se tendrán que buscar. Tú eres la paz, tú eres la flor, la ternura que me vino a salvar yo soy la espina mortal que clava un viejo dolor.
Las diferencias en la distancia el tiempo las borrará y los contrastes se atraen las coincidencias suelen matar el afán de indagar quién eres tú.
cedamos más, busquemos luz el orgullo no ennoblece el amor la tolerancia es valor para salvarnos los dos.
Tu beso se hizo calor luego el calor movimiento, luego gota de sudor que se hizo vapor, luego viento que en un rincón de La Rioja movió el aspa de un molino mientras se pisaba el vino que bebió tu boca roja.
Tu boca roja en la mía, la copa que gira en mi mano, y mientras el vino caía supe que de algún lejano rincón de otra galaxia el amor que me darías transformado volvería un día a darte las gracias.
Cada uno da lo que recibe y luego recibe lo que da nada es más simple no hay otra norma nada se pierde todo se transforma. todo se transforma.
El vino que pagué yo con aquel euro italiano que había estado en un vagón antes de estar en mi mano. Y antes de eso en Torino y antes de Torino en Prato donde hicieron mi zapato sobre el que caería el vino.
Zapato que en unas horas buscaré bajo tu cama con las luces de la aurora junto a tus sandalias planas que compraste aquella vez en Salvador de Bahía donde a otro diste el amor que hoy yo te devolvería.
Cada uno da lo que recibe luego recibe lo que da nada es más simple no hay otra norma nada se pierde todo se transforma todo se transforma todo se transforma todo se transforma
supe que de algún lejano rincón de otra galaxia el amor que me darías transformado volvería un día a darte las gracias.
Cada uno da lo que recibe y luego recibe lo que da nada es más simple no hay otra norma nada se pierde todo se transforma. todo se transforma. todo se transforma
De un tiempo a esta parte, las cosas no me han ido muy bien que digamos... no tenía nada nuevo que escribir, ni se me ocurría ni una historia que plasmar; en este año he estado en tres trabajos distintos; gano la misma plata que ganaba al principio de este año, pero estoy trabajando en horas hombre mucho menos; y eso que llaman y llamé amor, no pasaba ni por la vereda del frente.
Es curioso cómo se forjan los destinos, como confabulan para que encontremos lo que buscamos, pero al parecer algunos somos tan impacientes que no sabemos esperar, y no comprendemos que las cosas que tienen que llegar, llegarán.
Después de mi encuentro con el pasado que tuve el año anterior, donde pensé que mis heridas no habían sido tan profundas, claramente me equivoqué en esa presunción. Sí fueron profundas y feroces esas heridas, y maduraron lentamente en mi, para al final convertirme en una persona con el corazón mucho frío del que tenía antes, ya que mi carga de desprecio bajó a niveles nunca antes vistos, y con esa serenidad que caracteriza a los hombre ligeros, podía asumir con toda certeza que no volvería a sentir algo por otra mujer. Ese sentimiento fue madurando, llegando a ser una sensación de lástima por mi mismo al sentir que estaba lleno de deficiencias para el arte del amor, sintiendo que no era un buen compañero para nadie.
Cuando estaba a un paso de encender las antorchas que harían arder mis naves, me doy cuenta que la vida siempre tiene algo reservado para mi. Encontré un ser que para mi es excepcional, me topé al borde del camino con una persona que se encuentra conmigo al borde del suyo. Al estar ciego, y con todas mis defensas alertas que apresaban el batir de mis alas, por primera vez quizás, no soñé con paraísos imaginarios junto a ella. Pero ella, sintiendo una avalancha de emociones hoy apaga el fuego que yo pretendía encender para alojar en una isla desierta donde el otoño sería eterno.
Ni un roce de su pelo le han robado mis dedos aún, ni una caricia sus manos han posado en mi cara, pero las miradas más tiernas y cómplices han surgido en estos días, y eso me hace sentir vivo. Ella ha escuchado todas las historias y que yo he contado y le he contado, sacando las conclusiones más lógicas y la radiografía de mi vida, donde ciertamente no es para forjar la confianza de un final feliz, como de cuento, pero la vida quizás, nos quiera regalar un momento, un instante, o talvez mucho más.
Será que encontré a la muchacha de ojos tristes?, tanto miedo quiere decir que debo volver a apostar todas mis pertenencias?, será que llegó el tiempo de construir algo con la intención de que dure para siempre?
Lo que sí está claro al el día de hoy, es que esperaré sin interferir en sus decisiones, con la infinita esperanza que el final del final, sea yo el principio.
Por lo general, todos tenemos a alguien a quien admirar, ya sea por sus cualidades como persona, por las cosas que hace o hizo, por las cosas que piensa o por lo que sea.
Quizás la norma general debería ser que estos personajes deberían ser un ejemplo a seguir, pero al parecer no siempre es así. Hay ejemplos notables en la historia del hombre en donde estos personajes muchas veces escapan de cánones morales y éticos, a veces para cumplir sus objetivos y otras veces en sus vidas personales y privadas.
Yo tengo muchas personas a las cuales admiro por sus actos, por sus consecuencias con la vida, pero también muchas veces no comparto sus medios o sus formas de llegar al fin.
Tengo en mis altares al Che Guevara, que para mi es un ejemplo de consecuencia, de amor al prójimo desposeído y abusado, un revolucionario de su tiempo, pero su camino no es el mio. La vía armada o la revolución armada no es mi ideal. Para mi las palabras pueden más que cien balas, y soy partidario de la revolución de las ideas, revolución que parte de la base de la educación de verdad y de calidad, donde al pueblo se le entrega un arma mucho más poderosa que un fusil, y es por eso que nuestros gobiernos no hacen nada por entregarnos esta herramienta, porque la gente que hoy tienen embobada entre la droga, las barras bravas y el regetón, se levantaría y diría por fin un estrepitoso "no" a todo lo que ellos hacen. Eso el Che lo sabía de sobra, pero su tiempo y sus convicciones lo llevaron a lograr ese fin por un camino que no comparto.
En el fútbol, el más grande indiscutido por mi, es Maradona, quien podía hacer un poema con la pelota pegada al pie, el que fue capaz de hacer uno de los mejores goles en un mundial justamente a inglaterra cuando el pueblo argentino sufría por una guerra estúpida y suicida en las malvinas. El 10 es un señor del balón, un tipo tocado por "la mano de dios", pero su vida es un desastre, involucrado con la mafia italiana y las drogas que nunca lo dejarán tranquilo, drogas que son como una amante que no puedes dejar, aun cuando sabes que te hace mucho daño. Que pena por el pibe, pero es un maestro con una pelota de cuero.
Mi estrella nacional es por supuesto Marcelo Salas, el matador(que lo encuentro mejor para la pelota que bam bam), capaz de sacar un gol de su sombrero de mago justo en el momento en que todo era imposible y maravillarnos con un truco que aún no descubrimos cómo se hace. Para mi los mejores momentos que me dió como hincha de la roja fue con el excelente gol que convirtió frente a los ingleses, donde con un pase de media cancha del coto, no dejó que la pelota tocara el suelo y la clavó en la red. El segundo, y quizás el más emocionante, fue el gol que le hizo a los italianos en el mundial de francia, con un cabezaso que pasó entre la estirada del portero tano y el poste, tan perfecto que fue un golazo, y nos hizo emocionarnos con un glorioso 2-1 en un mundial. Lo malo es que el partido terminó empatado a 2 por un penal de dudosa reputación que un árbitro de poca monta nos cobró.
En la poesía, está el gran señor Mario Benedetti, quien nos dejó hace muy poco, quien me enseñó a mirar una poesía con sentido, sentimientos y cercana a un pueblo que se pierde al leer tanta metáfora rimbombante y enredada. Benedetti es un hombre que por lo general va al grano, quien le dice pan al pan y vino al vino, que nos conmueve con una novela como la tregua y nos ilusiona con unos poemas de otros. Nos identificamos con los fulanos y menganas que aparecen mágicos entre sus lineas y nos muestra un amor simple y efectivo, y un compromiso con el pueblo latinoamericano abierto y consecuente.
En la música, mi última adquisición, que es la que más ha durado, es el maestro Joaquín Sabina, que son sus letras graciosas e ingeniosas me llevaron a la conclusión que se puede escribir y cantar al amor sin caer en cursilerías baratas ni en lagrimeos al por mayor. Hay mitos que dicen que Arjona le plagia ideas de las canciones de sabina y le pone un par de malas rimas y una música con acordes básicos para que crean que es un poeta y venda sus discos, lo cual es muy fácil de descubrir si se hace un examen minucioso de las canciones de Arjona. Pero Sabina nos habla más bien del desamor, sin un pañuelo, más bien con un vaso de guisqui sin soda y un cigarro trasnochado, con una guitarra o un piano que se destemplan de tocas hasta el amaneces en algún bar de mala muerte con mujeres de dudosa y peligrosa reputación. El también tuvo una vida llena de excesos, entre las drogas y el alcohol que desgastaron su voz y que casi lo llevó a cantar al "otro lado" cuando le dió un ataque cerebral. Un maestro.
Otro gigante es Silvio Rodriguez, quien me enseñó a tocar la guitarra y a vibrar con acordes y melodías de una trova cubana que la transformó en latinoamericana. Un maestro.
Otros grandes del rock en español que no puedo dejar pasar por su influencia en mi vida han sido Charly García, Fito Paez y el gran salmón Andrés Calamaro.
Hay un personaje ficticio, un personaje de serie gringa que me identifico en ciertos aspectos, que es el doctor House. Un tipo franco y directo que pareciera que no tiene sentimientos y que no le importan las consecuencias que traerán sus actos, pero es un empecinado a cumplir su misión, que muchas veces se escapa del hecho de salvar vidas, y es más bien el curar enfermedades. Le importa un carajo sus pacientes, pero le importa en demasía hacer bien las cosas.
Como pueden ver, a veces los ídolos nos llevan a creer en un mundo mejor, aun cuando sus vidas no son de las mejores, pero estoy seguro que en lo que hacen, en eso que nos regalan no hay quien los supere. Quizás también, puede que estos personajes contradictorios nos deslumbren por el simple hecho, de que hacen cosas que nosotros quizás nunca haremos, pero nos gustaría mucho hacer.
Por el orgullo de mi abuela, donde quiera que esté.
Por mis compañeros de tesis,
Que gracias a ellos, este paso es un gran triunfo."
Mi dedicatoria del Seminario de Título
No puedo escribir otro blog sin dedicar antes éste que es para mi bastante especial.
Hace un mes terminados con mis compañeros de universidad nuestro seminario de título, para optar a tener un título universitario.
A ellos cuatro los conocí y me conocieron, para su pesar o no, hace cinco años. Entramos el mismo día a estudiar y coincidimos en la misma sección, y el azar y la vida nos condujo a conocernos, a conocerlos y que me conocieran, a que me soportarán y acabaran aceptando a un tipo oscuro y muchas veces vil que se atravesó por sus vidas.
Cuando los conocí, la menor recién ingresaba a su mayoría de edad y el mayor ya tenía dos hijas, un pasado comunista y nueve años de vida y experiencia nipona. Otra tenía una risa contagiosa que alegraba a todos e invitada a brindar y un basqeutbolista alejado de los triples que conducía un camión cargado de cachureos. Pero hubo otros, claro que sí, que considero unos excelentes compañeros y amigos. Un dueño de panadería que estaba llenos de fierros en su cara, que daría un miedo atroz si me lo encontraba en la calle de noche, pero el aterrorizado de la calle era él. Un tipo que quería sobresalir a toda costa, que no aguantaba mis soberbia (pero si nadie la aguantaba) y que soñaba con ser un rock star. Un genio en las matemáticas que hubiese sido un excelente compañero de parrandas diez años antes. Una mujer que no me habló en casi dos años porque me envolví en una discusión sin sentido y terminé ofendiéndola gratuitamente... Pero este blog de hoy va dedicado a mis compañeros de seminario, a esas cuatro grandes personas que confiaron en una idea descabellada y en mis rimbombantes palabras que incluimos en la introducción y conclusión.
Fueron cinco años con los que viví cada clase con casi todos ellos, con los que estudiamos cosas que nunca pensamos en poder aprender, que nos quemábamos las neuronas que quedaban después de extenuantes jornadas laborales, de dolorosos problemas personales y que encontrábamos en el otro un buen oído para escucharnos, unas inteligentes bocas para aconsejarnos, o simplemente un buen hombro para llorar, hipotética o literalmente.
Con todos tengo muy buenas historias. Empezando por un comentario que aún no recuerdo, pero cada vez estoy más seguro de haberlo dicho, que asegura que le dije "qué haces acá, esto no es un jardín infantil" o algo así, porque era la más pequeña que quería unirse a un grupo no se de qué. O la vez que nos juntamos para estudiar un sábado, justamente cuando santiago se hundía en un diluvio de temporal. Los asados que duraban hasta el amanecer. El cumpleaño donde me puse a discutir con los amigos del cumpleañero y cuando la cosa casi pasa a mayores uno me toma de los hombros y volando me subió a su auto para que no diera más "jugo" y no paré de hablar en todo el camino. La vez que el más duro e insensible del grupo me confió una de sus mayores preocupaciones. Cómo olvidar cuando me cambiaron a mi cuchitril. Cuando la niñita, ya no tan niñita, me invitaba a comer para conversar de su vida, de mi vida y hoy la siento como mi hermana menor.
Siempre fue mi sueño estudiar en la universidad. Después de 12 años de salir del colegio me decidí a ingresar, y me impuse como condición que si reprobaba un ramo me retiraba, porque no malgastaría mi tiempo y mi plata en algo para lo que no iba a ser bueno. Pero fui bueno, y malo a la vez, y traté mal a mucha gente y a mucha gente ayudé también. Comprendí en el camino que no todos pueden querer algo como yo lo hacía. Comprendí que no debía juzgarlos ni juzgarme.
En estos cinco años pasaron muchas cosas en mi vida. Me separé, y fue la decisión más difícil que tomé, aun cuando ya lo había hecho una vez. Trabajé en una empresa donde sabía la hora de entrada, pero no la de salida, aun cuando había dicho que nunca haría eso, y en donde aún conservo excelentes amigos y amigas. A mis compañeros también les han pasado cosas, si son cinco años, un lustro, una pequeña vida.
Hoy he dado un paso muy importante en mi vida, y me enorgullezco de haberlo logrado con estos cuatro guerreros de la vida, con estos cuatro hombres y mujeres que son los primeros en sus familias en lograr lo que yo también logré. Quizás nuestro seminario nadie lo lea, quizás no sea una gran investigación ni un gran avance para nuestra profesión, ya que como dijo nuestro profesor guía, en un período de tiempo tan breve es difícil hacer algo mejor, pero en este seminario hay impreso ideas de todos, conocimientos de todos, aportes de todos, nuestras huellas se huelen en cada página, nuestras alegrías y penas, nuestros trasnoches, nuestras fiestas, nuestras risas, nuestras peleas y malos entendidos, nuestras distancias y nuestras cercanías.
Durante cuatro meses nos aguantamos, es muy difícil aunar cinco tendencias en un solo tema, pero tuvimos una excelente líder que pudo atar los cabos sueltos, y cinco voluntades que llevamos hasta el final nuestra declaración primaria de hacer el mejor trabajo de nuestras vidas universitarias.
Espero que la vida nos regale todo lo que deseamos, que seamos capaces de salir a buscar lo que queremos, ya que eso es lo mejor que aprendimos trabajando juntos. Y cuando escriba por fin un libro, ya se a quien voy a ir a buscar para que sean mis editoras y mis primero críticos.
Estoy pasando por un momento crítico, y se que no es primera vez que me pasa.
Es difícil ser yo, y aunque no es una frase originalmente mía, suena bien viniendo de mi. Ser orgulloso, ególatra, solitario, irresponsablemente responsable. Suponer que la vida no me pasa por encima, sino más bien que paso por encima de la vida. Aceptar que nadie es perfecto, pero no permitirme cometer errores. Renunciar a todo tipo de compromiso, con excepción a mi hijo, todo por creer que la gente no es comprometida.
Es complejo tratar de comprender, tratar de comprenderme, tratar de comprender que si no me comprendo, malamente puedo esperar a que otra persona me comprenda.
Hace diez años, más o menos, solía ser un tipo muy responsable, muy maduro, que dictaba cátedras a sus pares, que era mirado desde lejos, con amigos con los cuales disfrutábamos mutuamente nuestra compañía. Pero el tiempo pasa, y nos pasa como una aplanadora, claro, siempre y cuando nos quedemos parados, nos quedemos inmóviles pensando que esa aplanadora no nos aplastará como a viles cucarachas, pero sorpresa! sí nos aplasta.
Es difícil, claro que lo es.
Cuando cumplí treinta, declaré que mi vida había llegado a la mitad, que desde ese momento comenzaba a vivir en cuenta regresiva, por lo tanto, había que disfrutarlo tanto o más que los treinta años anteriores, pero no analicé que mis deseos, quizás no se alineaban con los deseos colectivos de todos los que me rodeaban, y por lo tanto me volví un irresponsable.
Mientras escribo esto, Milanés canta en mi compu un verso de Benedetti que dice "uno no siempre hace lo que quiere, pero tiene el derecho, de no hacer lo que no quiere". Yo ya no se si no quiero hacer lo que no quiero, al parecer a la gente le va muy bien cuando hace eso, cuando hace lo que todo el mundo espera que haga, aun cuando no quiera hacerlo. En otros tiempos, ese verso era leído como un acto magnánimo de consecuencia, tema ya tratado en este espacio, que hoy declaro como "mis quince minutos de gloria", aun cuando a mi me toma mucho más de quince minutos escribirlo, y si es que alguien lo lee, le demora mucho menos.
En fin, o en resumen, hoy soy un irresponsable, sigo siendo el mismo ególatra pero me siento menos egoísta que antes, sigo creyendo en la imperfección pero no puedo permitirme errores, empecé creyendo en el serumano, luego los desprecié por idiotas al no luchar por su felicidad, por ser cobardes, pero ahora vuelvo a creer en esta raza, que créanlo o no, resultan ser más extraños que yo, que soy también un serumano.
Debo tomar una decisión, y eso me cuesta, porque cuando tengo que decidir algo, me gustaría que nadie perdiera, que nadie saliera herido, pero esta quimera es imposible, ya que las decisiones implican optar por una opción, y si hay que optar, quiere decir que no todas las variables está de acuerdo. Lo que si tengo claro es que debo seguir, debo evolucionar, después de haber involucionado demasiado. Debo ser consciente de mi tiempo y de mi espacio, no añorar lo que fue o lo que pudo ser. Sabina dice en una de sus canciones "no hay nostalgia peor, que añorar lo que nunca jamás sucedió", y quizás eso hago yo inconscientemente, tratando de recuperar un tiempo perdido, que se define como perdido porque no se puede recuperar, y eso es una verdad en sí misma.
Creo que debería sacar lo mejor de mi, buscar en mi interior lo que me gusta, desechar lo malo, o lo que no me guste, y construir un mundo en el aquí y el ahora, pero francamente es difícil, da un poco de miedo, no saber qué es lo que hay al atravesar esa puerta.
No quiero ser un prototipo clásico de hombre maduro, que hace lo que esperan que hace y no hace nada para cumplir sus sueños o metas. Yo tuve una mujer que esperaba eso de mi, y creo que aun lo espera, aun cuando ella lo niegue, porque ella cree que yo al cumplir mis sueños, destruyo la seguridad de todos, y una de las cualidades de madurez es ser una máquina de soluciones para la mujer, y se olvida que las parejas se inventaron para que fueran dos personas, no una.
Quizás las imbecilidades que escribo no las lea nadie, pero me sirven para ser honesto con alguien, o con algo, al igual como lo hacía cuando escribía poemas y pensaba que podía ser famoso e importante haciendo eso, y lo que era mejor, ganarme la vida. O quizás, como fue el título de un disco de Congreso, para los "arqueólogos del futuro" esto sea un material de estudio. Quizás mi hijo o su hermano lo lean, y muevan la cabeza con pesar por las estupideces que pensaba. O quizás mi tremendo ego me haga pensar que esto a alguien, algún día o en algún momento le pueda interesar.
Es difícil, es complicado, pero, mierda, se tiene que hacer no mas.
Hace un par de semanas, el esposo de una vieja buena amiga (pero no de las más viejas buenas amigas, más bien de las nuevas viejas buenas amigas), sufrió un accidente automovilístico y murió a raiz de eso, debido presuntamente a que se quedó dormido manejando de vuelta de un carrete a dos cuadras de su casa y se estrelló con un árbol, y acudí, como lo suelo hacer en estas ocaciones cuando me avisan, al velorio algunas horas y al funeral.
En estas ocaciones, es cuando me pongo medio metafórico y pensador y empiezo a filosofar de la vida y de la muerte, y me pregunté y lo pregunté a algunos asistentes al velorio (a lo cual me miraron como bicho raro...qué raro!) qué rara son algunas cosas, será que uno tiene el último día predestinado o es parte de la irresponsabilidad humana el hecho de tener un accidente y morir en él? o será, me preguntaba, que esto ya estaba "escrito" y de todas formas iba a suceder?
Son preguntas que dejan abierto todo un debate teológico metafísico trascendental, ya que el cura que ofició el responso tipo requiem, nos habló que nuestra hora ya está señalada, pero que no quiere decir que debemos de andar con irresponsabilidad por la vida y siendo temerarios porque nada nos pasará, lo cual encuentro una contradicción en sí mismo, porque si supiéramos el día y la hora lo más seguro es que viviríamos con cierta irresponsabilidad sabiendo que el acto irresponsable no nos produciría un desenlace fatal. Por otro lado, creer esta teoría implica creer también en el destino, que esta "escrito" y que no se puede modificar, y choca con la teoría un poco más liberal que nos habla de que el destino lo creamos nosotros y que somos responsable de él y de nuestra vida y obviamente de la vida de quienes nos rodean.
Entonces las dos preguntas chocan con aquello que desconocemos como seresumanos, que es la muerte, y es bien sabido que es una parte importante de la vida, ya que es donde ésta acaba y debería empezar otra, donde la mayoría de las creencias y religiones y fe se apoyan para procurar que las personas sean buenas y no cometan malas acciones, ya que después de este paso nos pasarán la cuenta.
Yo, como buen creyente exceptico de mis propias teorías, no tengo la respuesta correcta, como otras doctrinas afirman tener, porque todavía no puedo comprobar mis ideas, y es por eso que siguen siendo ideas y teorías y no hechos concretos, por lo que debo continuar con mis interrogantes sobre esto misterios de la vida y de la muerte, y lo más que podría hacer es conversarlos con quien quiera debatir ideas y con quienes encuentra que los temas complejos y conflictivos son los más exquisitos de palabrear.
Algún día la muerte tocará a mi puerta, obviamente trataré de hacerle el quite, como todo buen serumano que se jacte de tal, pero será la cita más inevitable que tendré. Ese día, irremediablemente se contestarán mis interrogantes (espero) y sabré qué hay detras de ese umbral que a los vivos se nos priva de curosear.
Quizás, lo único malo sea que no podré contárselo a ningún vivo.