domingo, 16 de noviembre de 2008

SINCERO


"Yo soy un hombre sincero,
sincero y sin infinito,
y antes de morirme quiero,
vivir la vida un poquto"
De "Postal de la Habana" de Joaquín Sabina


Toda mi vida he tratado de ser sincero, pero vale la pena, realmente ser sincero? acaso no se pierden más cosas de las que se ganan? finalmente, que mierda significa ser sincero?

Si lo busco en la RAE, dice que sincero es quien actúa con sinceridad... gran definición, no creo que necesite a la RAE para saberlo, entonces busco sinceridad, y dice modo de expresarse libre de fingimiento. Esta definición me deja más satisfecho, ya que fingimiento es un sinónimo de engaño, y si algo he procurado hacer es no engañar demasiado, aunque la vida me ha puesto en posiciones engañosas y mentir de vez en cuando no es tan malo como creía.

En realidad un día decidí ser sincero, como la mayoría de las cosas que hacemos o queremos hacer las decidimos, yo decidí ser lo más sincero posible en mi vida, lo cual me lleva inconscientemente a ser consecuente.

Gracias a esta elección, es que han ocurrido muchos hechos en mi vida, como mis posturas políticas, mi visión teológica, mi decisión a la rebeldía y luego a la aparente sumisión, mis relaciones con los demás seresumanos, mis relaciones con mis amigos y los no tanto y los para nada, mis relaciones amorosas, entre otra infinidad de cosas, desde qué almorzar hasta como dormir. Siempre tratando de ser sincero conmigo mismo ignorando muchas veces a los demás.

Lo último, es un claro reflejo de mi egoísmo, egocentrismo y yoísmo que fluyen por mis venas como lo hace la sangre que me mantiene vivo. Claro, pues pongo mis principios ante cualquier otra cosa, por lo general, suelo dañar mucho siendo sincero, suelo perder cosas por decir la verdad, suelo dejar un caos por el capricho de decir lo que pienso sin medir muy bien las consecuencias.

La gente normal, no se si es por miedo o porque realmente tienen ese tino que en mi es bastante escaso, suele decir mentiras piadosas para mantener contento a sus pares, ocultando lo que realmente sienten o piensan, porque es mejor decir una mentirilla blanca, o actuar como en realidad no nos gusta, si total será por un ratito, con tal de no perder su trabajo, de no hacerle daño a alguien, de no perder amigos. O quizás, son unos cobardes que no saben enfrentarse al resto diciendo que no, por qué debo hacerlo si no quiero, por qué no decírtelo ahora, cuando el dolor será por un rato, si más tarde la decepción será terrible. Por cualquier de las razones que sean, de todas formas no son las mías, y eso lo tengo más que claro.

Pero debo admitir que he aprendido a incluir algunas mentirillas en mi vida, claro, ser siempre sincero no es tan bueno como creí cuando comencé, siempre debemos guardarnos algo para nosotros mismos, nunca es bueno mostrar todas las cartas boca arriba en la mesa, y es un desastre develar aquella que tenemos bajo la manga!

También es cierto que uno puede ser sincero, pero sabiéndolo ser, poniéndose en los zapatos de los que escucharán tu verdad implacable, sintiendo un poco lo que sentiría el receptor de tus comentarios al escuchar tu sinceridad, eso se llama empatía, y eso sí que no tengo casi nada. Cuando esgrimo mis afilados comentarios, por lo general me importa bien poco lo que sentirá la otra persona, porque lo importante es ser sincero con ella o él, pero estoy aprendiendo de a poco a ser empático, por lo menos me doy cuenta después que dejo la escoba que la embarré.

Pero volviendo a las preguntas originales, vale la pena? se gana algo? gano algo más que simplemente mirarme al espejo y decir: no importa el costo, lo importante es que eres consecuente! Es muy difícil contestar estas preguntas para mi ahora, sobretodo que por mi arrebato de sinceridad, porque necesitaba decir lo que dije, debo haber perdido.

Esta vida me ha enseñado que cuando uno toma una decisión, siempre arriesga algo. Yo atravesé aquella frontera que siempre dije que nadie respetaba, confundido quizás por aquellos ojos, aquellos gestos que fueron tan sinceros y yo no supe decifrar correctamente, y me dejé llevar por emociones y sensaciones que fueron creadas por mí, ya que objetivamente nunca existieron, ya que si los miro con racionalidad, como debí hacerlo, nunca fueron más de lo que eran. Sí, quizás pierdo miles de conversaciones que venían, muchas risas que no escucharé, muchas ideas que no podré rebatir, pero gano una lección de humildad, aprendo que el mundo no gira en torno mio, y que la sinceridad es conmutativa, como las sumas en las matemáticas, de cualquier lado en que se esté, el resultado será mismo.

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