domingo, 23 de noviembre de 2008

VEINTEAÑERO


"Ya descubrí los ascensores,
los cines y las construcciones,
la fosforera y el avión.
Y otras cosas que conozco bien,
que cuando niño no sabía observar,
entonces no necesitaba
con los juegos siempre basta
para comprender."
De "Hallazgo de Piedras" de Silvio Rodriguez


Para mi es difícil escribir cosas cuando tengo sensaciones atoradas en el pecho, que es el lugar físico donde los seresumanos piensas que tienen sus emociones, y quizás por eso asocian al corazón con los sentimientos.

Pero en fin, en realidad vivo como un tipo veinteañero, como si el tiempo no pasara por mi puerta cada año y me dejara una bonita caja envuelta en papel de regalo con un año más en mi calendario y un año menos para el final. Vivo creyendo que seré joven eternamente, que puedo reinventarme cada vez que quiera, con lo cual no estoy negando a la muerte, la muerte para mi es parte de la vida, lo aprendí, lo asumí y lo hice propio. La muerte, obviamente, es algo que espero, ya que con certeza llegará. Pero me estoy desviando del punto principal. La verdad es que no asumo que pueda crecer, que me convierta en un adulto, que siente cabeza y organice mi vida en base a horarios, a orden, a medidas establecidas; a planificar mi futuro; a cuidar devotamente de mis hijos; a casarme por cuanta ley conocida exista y si algún día el amor se acaba, para qué separarse si se puede tener cuanta aventura extra conyugal la billetera y mi energía sexual aguante; a conseguir bienes por seguridad.

Es como si mi ser interior se negara a ser así, como las personas que aparecen en las series de televisión. Yo todavía soy un inmaduro que piensa que siempre puede volver a empezar, que se puede enamorar como un quinceañero, cada tres meses como dicen y piensan mis compañeros de universidad, que puede experimentar con su vida a vivir la vida que más le plasca, que demuestra después de quince años que puede sobrevivir viviendo solo.

Cometo errores a cada rato, siempre pienso que tengo razón y cuando una idea se me mete en la cabeza arraso con todo con tal de llevarla a cabo. Lo bueno del tiempo es que esa impulsividad que me caracteriza se hace cada vez un poquito más racional, y que los errores tienden a ser menos.

Vivir como joven tienen sus ventajas, ya que no pierdes las agallas, las ganas de volar y el vicio de soñar despierto, a pesar que cuando te miras al espejo veas como se llena de canas ese pelo que alguna vez fue tan largo y libre. Para mi son como heridas de guerra, me recuerdan que la vida, por sabrosa que sea, también tiene sus partes agrias, y quedan tatuadas en tu cuerpo y en tu alma.

Ser un veinteañero eterno creo que en realidad no es tan malo después de todo, aun cuando se contradiga con el espíritu de esto que escribo hoy, ya que más que una elegía parece un lamento. Pero me confunde, por qué debo ser así. La respuesta suele ser muy obvia, y creo que se debe a que fue lo mejor que he vivido, y con esto no quiero decir que lo que vivo ahora no sea bueno, pero es la realidad, mi vida después de los 18 fue increíble, y lamentablemente uno tiene que pasar muchos años para darse cuenta que esos años fueron los mejores.

En esos tiempos donde no había internet, no habían ni mp3 ni mp4, no habían ni play 2 ni wii, ni celulares, ni cámaras digitales, donde hablábamos de cambiar al mundo, de encontrarle un sentido a la vida y a nuestras vidas... Es difícil creer que con tantos adelantos tecnológicos los veinteañeros de hoy se detengan a pensar en cómo conseguir vivir mejor cuando todas las cosas que quieres se pueden comprar, pero no es imposible pensar que esas personas existan allá afuera, sintiendo las mismas inquietudes que sintieron mis coterraneos de esos tiempos.

Una vez le dije a un amigo de esos tiempos, que debimos habernos sacado muchas más fotos de esos años, haber grabado muchos mas vídeos de lo que hacíamos, ya que hoy, gracias a la tecnología que, ojo, yo no desprecio, sino que la aprovecho, nos brinda la magia de trasladarnos por algunos minutos a esos tiempos, subiendo vídeos o fotos a los portales disponibles para compartir un poco de nostalgia con esos veinteañeros que fuimos.

Hoy que soy un treintañero, que soy "tan joven y tan viejo", llevo la ventaja de darme cuenta cuando me equivoco, y hoy siento que cometí un error y que no quiero perder lo que por un segundo tuve, por un error de cálculo y de probabilidad. Siento que la vida, que siempre me da más de una oportunidad, para esta vez no será la excepción, ya que siento que tenía que cumplir una misión, de esas que no tenía hace tiempo, y por mi afán de ser un serumano normal, tomé el camino de la normalidad, pero siempre las caídas, me hacen ver que no es así la cosa. No se si será la primera vez, pero siento que tengo miedo de perder esa amistad que era tan sincera.

Quizás mis pensamientos sean un poco majaderos, ya que este debe ser como el tercer blog que termino pensando en ese error y quizás cuántos más escriba hasta nuevamente saber si esa conección que había, esa cosa inexplicable se quebró, o puede volver a restaurarse con la misma sinceridad que había. Hasta que no lo sepa, seguiré sintiendo estas cosas atoradas en el pecho, que me hacen escribir cosas como las que hoy escribo.

domingo, 16 de noviembre de 2008

SINCERO


"Yo soy un hombre sincero,
sincero y sin infinito,
y antes de morirme quiero,
vivir la vida un poquto"
De "Postal de la Habana" de Joaquín Sabina


Toda mi vida he tratado de ser sincero, pero vale la pena, realmente ser sincero? acaso no se pierden más cosas de las que se ganan? finalmente, que mierda significa ser sincero?

Si lo busco en la RAE, dice que sincero es quien actúa con sinceridad... gran definición, no creo que necesite a la RAE para saberlo, entonces busco sinceridad, y dice modo de expresarse libre de fingimiento. Esta definición me deja más satisfecho, ya que fingimiento es un sinónimo de engaño, y si algo he procurado hacer es no engañar demasiado, aunque la vida me ha puesto en posiciones engañosas y mentir de vez en cuando no es tan malo como creía.

En realidad un día decidí ser sincero, como la mayoría de las cosas que hacemos o queremos hacer las decidimos, yo decidí ser lo más sincero posible en mi vida, lo cual me lleva inconscientemente a ser consecuente.

Gracias a esta elección, es que han ocurrido muchos hechos en mi vida, como mis posturas políticas, mi visión teológica, mi decisión a la rebeldía y luego a la aparente sumisión, mis relaciones con los demás seresumanos, mis relaciones con mis amigos y los no tanto y los para nada, mis relaciones amorosas, entre otra infinidad de cosas, desde qué almorzar hasta como dormir. Siempre tratando de ser sincero conmigo mismo ignorando muchas veces a los demás.

Lo último, es un claro reflejo de mi egoísmo, egocentrismo y yoísmo que fluyen por mis venas como lo hace la sangre que me mantiene vivo. Claro, pues pongo mis principios ante cualquier otra cosa, por lo general, suelo dañar mucho siendo sincero, suelo perder cosas por decir la verdad, suelo dejar un caos por el capricho de decir lo que pienso sin medir muy bien las consecuencias.

La gente normal, no se si es por miedo o porque realmente tienen ese tino que en mi es bastante escaso, suele decir mentiras piadosas para mantener contento a sus pares, ocultando lo que realmente sienten o piensan, porque es mejor decir una mentirilla blanca, o actuar como en realidad no nos gusta, si total será por un ratito, con tal de no perder su trabajo, de no hacerle daño a alguien, de no perder amigos. O quizás, son unos cobardes que no saben enfrentarse al resto diciendo que no, por qué debo hacerlo si no quiero, por qué no decírtelo ahora, cuando el dolor será por un rato, si más tarde la decepción será terrible. Por cualquier de las razones que sean, de todas formas no son las mías, y eso lo tengo más que claro.

Pero debo admitir que he aprendido a incluir algunas mentirillas en mi vida, claro, ser siempre sincero no es tan bueno como creí cuando comencé, siempre debemos guardarnos algo para nosotros mismos, nunca es bueno mostrar todas las cartas boca arriba en la mesa, y es un desastre develar aquella que tenemos bajo la manga!

También es cierto que uno puede ser sincero, pero sabiéndolo ser, poniéndose en los zapatos de los que escucharán tu verdad implacable, sintiendo un poco lo que sentiría el receptor de tus comentarios al escuchar tu sinceridad, eso se llama empatía, y eso sí que no tengo casi nada. Cuando esgrimo mis afilados comentarios, por lo general me importa bien poco lo que sentirá la otra persona, porque lo importante es ser sincero con ella o él, pero estoy aprendiendo de a poco a ser empático, por lo menos me doy cuenta después que dejo la escoba que la embarré.

Pero volviendo a las preguntas originales, vale la pena? se gana algo? gano algo más que simplemente mirarme al espejo y decir: no importa el costo, lo importante es que eres consecuente! Es muy difícil contestar estas preguntas para mi ahora, sobretodo que por mi arrebato de sinceridad, porque necesitaba decir lo que dije, debo haber perdido.

Esta vida me ha enseñado que cuando uno toma una decisión, siempre arriesga algo. Yo atravesé aquella frontera que siempre dije que nadie respetaba, confundido quizás por aquellos ojos, aquellos gestos que fueron tan sinceros y yo no supe decifrar correctamente, y me dejé llevar por emociones y sensaciones que fueron creadas por mí, ya que objetivamente nunca existieron, ya que si los miro con racionalidad, como debí hacerlo, nunca fueron más de lo que eran. Sí, quizás pierdo miles de conversaciones que venían, muchas risas que no escucharé, muchas ideas que no podré rebatir, pero gano una lección de humildad, aprendo que el mundo no gira en torno mio, y que la sinceridad es conmutativa, como las sumas en las matemáticas, de cualquier lado en que se esté, el resultado será mismo.

sábado, 8 de noviembre de 2008

LA VIDA


"Volví a creer que se tiene lo que se merece,
la vida es más compleja de lo que parece."
de "La vida es más compleja de lo que parece", Jorge Drexler.


Hace tiempo que no me ponía a reflexionar sobre mi vida, pero hace unos días un profesor en la universidad nos pasó el video de un profesor de Estados Unidos que estaba dando una conferencia y estaba a punto de morir de cáncer. El video está publicado en Youtube.

Este profesor hizo un repaso a lo maravilloso que puede ser la vida si nos proponemos que así sea. Quizás no ha sido lo más conmovedor que he visto en mi vida ni lo que me ha marcado mi rumbo, pero ha servido para pensar un rato, más que en las cosas que he hecho, en las cosas que podría llegar a hacer.

Por nuestra naturaleza de creernos eternos no consideramos a la muerte como parte de la vida, como la conclusión de un ciclo que parte con el nacimiento, que viene de quién sabe dónde y que sigue quién sabe dónde también. A raíz de esto se han creado miles de mitos y creencias que han servido al serumano a tener fe y esperanza.

Quizás una de las cosas más importante que puedo rescatar de mi reflexión es que uno sí puede ser el arquitecto de su propia vida, en base a las decisiones que toma y los caminos que elije tomar. Yo he tomado, por lo general, los caminos que son los más difíciles, a veces por porfía, otras veces porque son los únicos que deseo tomar. Me declaro responsable de todas mis decisiones y acepto con orgullo mis triunfos y fracasos, pero con el tiempo trato de que los fracasos sean los menos y esto me ha llevado a ser mas cauteloso o temeroso de mis decisiones que algunas veces, con mi ímpetu de salmón, suelo tomar.

Lo que sí está muy claro, es que casi siempre he hecho lo que he querido, y que con esto he ganado siempre experiencia que me sirve para la nueva aventura. Soy muy agradecido de lo que he logrado y soy feliz con lo que tengo, y no me desvelo por las noches con lo que no tengo. Logré estudiar en la universidad, y si todo sigue como lo planeado, pronto tendré un título que me servirá, entre otras cosas, para colgar con orgullo en mi pared y quizás conseguir un mejor trabajo. Tengo un hijo maravilloso que la vida me regaló y espero que él pueda lograr de su vida lo que quiera, y trato en lo posible de entregarle las herramientas necesarias para que pueda lograrlo. Sigo buscando a la mujer que me quiera y que me comprenda, que sea capaz de caminar a mi lado, que ría conmigo en los tiempos de fiesta y jolgorio y que me afirme en esos días que parecen tan grises.

Pero también hay cosas que no suenan tan bien, como mi mala relación con mi familia y el poco arraigo que tengo con las cosas, las mujeres que han decidido quererme y al final buscan que les solucione la vida y termino dejándolas y las abandono, los amigos que he tenido y que ya no llamo ni siquiera para saludarlos.

Pero que le voy a hacer, así es mi vida, esto es lo que elijo. Por ahora pienso que vivir pensando que nada es eterno es una buena opción, que gracias a mi ego busco siempre dejar una huella en la memoria de los demás, pero trato siempre con humildad ser un aporte importante en la vida de mis cercanos, sobre todo de los que considero mis amigos.

Aunque sin ser un tipo que predice el futuro, siempre he pensado que estaré mis últimos días solo, ya que si ahora soy un poco insoportable, cuando más viejo seré terrible, pero de todas formas busco a esa compañera, que como en una película que llevo tatuada en la piel, el protagonista buscaba a la que vuele, yo no espero tanto, por ahora espero que esa linda muchachita pueda verse reflejada en mi mirada, permitirle que entre en mi vida si quiere, compartir los sueños añejos que conservo en mi baúl, y quien sabe, que su rostro se tatúe en mi alma para llevarla en mis recuerdos hasta el final. Ojalá que sea así, porque hasta ahora no he encontrado a una mujer que se acerque tanto a lo que he estado buscando.