"Para mi familia,
Mis hijos Cristóbal y Nicolás
Porque con ellos este logro cobra sentido.
Por el orgullo de mi abuela, donde quiera que esté.
Por mis compañeros de tesis,
Que gracias a ellos, este paso es un gran triunfo."
Mi dedicatoria del Seminario de Título
No puedo escribir otro blog sin dedicar antes éste que es para mi bastante especial.
Hace un mes terminados con mis compañeros de universidad nuestro seminario de título, para optar a tener un título universitario.
A ellos cuatro los conocí y me conocieron, para su pesar o no, hace cinco años. Entramos el mismo día a estudiar y coincidimos en la misma sección, y el azar y la vida nos condujo a conocernos, a conocerlos y que me conocieran, a que me soportarán y acabaran aceptando a un tipo oscuro y muchas veces vil que se atravesó por sus vidas.
Cuando los conocí, la menor recién ingresaba a su mayoría de edad y el mayor ya tenía dos hijas, un pasado comunista y nueve años de vida y experiencia nipona. Otra tenía una risa contagiosa que alegraba a todos e invitada a brindar y un basqeutbolista alejado de los triples que conducía un camión cargado de cachureos. Pero hubo otros, claro que sí, que considero unos excelentes compañeros y amigos. Un dueño de panadería que estaba llenos de fierros en su cara, que daría un miedo atroz si me lo encontraba en la calle de noche, pero el aterrorizado de la calle era él. Un tipo que quería sobresalir a toda costa, que no aguantaba mis soberbia (pero si nadie la aguantaba) y que soñaba con ser un rock star. Un genio en las matemáticas que hubiese sido un excelente compañero de parrandas diez años antes. Una mujer que no me habló en casi dos años porque me envolví en una discusión sin sentido y terminé ofendiéndola gratuitamente... Pero este blog de hoy va dedicado a mis compañeros de seminario, a esas cuatro grandes personas que confiaron en una idea descabellada y en mis rimbombantes palabras que incluimos en la introducción y conclusión.
Fueron cinco años con los que viví cada clase con casi todos ellos, con los que estudiamos cosas que nunca pensamos en poder aprender, que nos quemábamos las neuronas que quedaban después de extenuantes jornadas laborales, de dolorosos problemas personales y que encontrábamos en el otro un buen oído para escucharnos, unas inteligentes bocas para aconsejarnos, o simplemente un buen hombro para llorar, hipotética o literalmente.
Con todos tengo muy buenas historias. Empezando por un comentario que aún no recuerdo, pero cada vez estoy más seguro de haberlo dicho, que asegura que le dije "qué haces acá, esto no es un jardín infantil" o algo así, porque era la más pequeña que quería unirse a un grupo no se de qué. O la vez que nos juntamos para estudiar un sábado, justamente cuando santiago se hundía en un diluvio de temporal. Los asados que duraban hasta el amanecer. El cumpleaño donde me puse a discutir con los amigos del cumpleañero y cuando la cosa casi pasa a mayores uno me toma de los hombros y volando me subió a su auto para que no diera más "jugo" y no paré de hablar en todo el camino. La vez que el más duro e insensible del grupo me confió una de sus mayores preocupaciones. Cómo olvidar cuando me cambiaron a mi cuchitril. Cuando la niñita, ya no tan niñita, me invitaba a comer para conversar de su vida, de mi vida y hoy la siento como mi hermana menor.
Siempre fue mi sueño estudiar en la universidad. Después de 12 años de salir del colegio me decidí a ingresar, y me impuse como condición que si reprobaba un ramo me retiraba, porque no malgastaría mi tiempo y mi plata en algo para lo que no iba a ser bueno. Pero fui bueno, y malo a la vez, y traté mal a mucha gente y a mucha gente ayudé también. Comprendí en el camino que no todos pueden querer algo como yo lo hacía. Comprendí que no debía juzgarlos ni juzgarme.
En estos cinco años pasaron muchas cosas en mi vida. Me separé, y fue la decisión más difícil que tomé, aun cuando ya lo había hecho una vez. Trabajé en una empresa donde sabía la hora de entrada, pero no la de salida, aun cuando había dicho que nunca haría eso, y en donde aún conservo excelentes amigos y amigas. A mis compañeros también les han pasado cosas, si son cinco años, un lustro, una pequeña vida.
Hoy he dado un paso muy importante en mi vida, y me enorgullezco de haberlo logrado con estos cuatro guerreros de la vida, con estos cuatro hombres y mujeres que son los primeros en sus familias en lograr lo que yo también logré. Quizás nuestro seminario nadie lo lea, quizás no sea una gran investigación ni un gran avance para nuestra profesión, ya que como dijo nuestro profesor guía, en un período de tiempo tan breve es difícil hacer algo mejor, pero en este seminario hay impreso ideas de todos, conocimientos de todos, aportes de todos, nuestras huellas se huelen en cada página, nuestras alegrías y penas, nuestros trasnoches, nuestras fiestas, nuestras risas, nuestras peleas y malos entendidos, nuestras distancias y nuestras cercanías.
Durante cuatro meses nos aguantamos, es muy difícil aunar cinco tendencias en un solo tema, pero tuvimos una excelente líder que pudo atar los cabos sueltos, y cinco voluntades que llevamos hasta el final nuestra declaración primaria de hacer el mejor trabajo de nuestras vidas universitarias.
Espero que la vida nos regale todo lo que deseamos, que seamos capaces de salir a buscar lo que queremos, ya que eso es lo mejor que aprendimos trabajando juntos. Y cuando escriba por fin un libro, ya se a quien voy a ir a buscar para que sean mis editoras y mis primero críticos.